OVIEDO: ENTRE LA CÁMARA OCULTA Y LOS PARQUÍMETROS ERRADOS.
Los viandantes y posibles clientes permanecieron expectantes mientras se revelaba su foto. Tristán eleva al nivel de genialidad algo que nuestros abuelos no pudieron entender pero sus fotos cuelgan para la historia y forman parte del mobiliario
A esta mujer "La Torera" se la recuerda al haber sido la precursora del arte de la cámara negra que antecede al oficio recuperado por Tristán en el necesario relevo de otras artes casi olvidadas.
Allí, en este lugar, dejamos pasar por su objetivo otra parte de nuestras vidas en el parque San Francisco vestidos de almirantes de Primera comunión, novios o esposos.
Hoy Tristán que lleva seis meses oficiando tras la maquina del pasado, porta un artilugio semejante al usado por aquel histórico personaje.
El también se echó literalmente a la calle para dejar la impronta de su arte en las siluetas de turistas y ovetenses que posan estos días en que copan la ciudad. A la par los hermanos Lumiere daban paso al arte del celuloide con el que gozaron nuestros abuelos.
Sin armar mucho ruido Tristan maneja los útiles para obtener la foto deseada por los clientes. Como Carmen y Emilia dos mujeres felguerinas ahora que la primera acude a visitarla desde Alicante y aprovecha la estancia para conocer la ciudad monumental: el interior de la catedral y su Cámara Santa, el edificio gótico y ya una vez aquí degustar los platos de la tierra que es lo mejor de la despensa nacional.
Allí en ese lugar emblemático posó su castillete frente a la catedral que hace de soporte fotográfico, justo donde se expone la estatua en hierro de otro personaje singular: La Regenta.
Las dos hermanas fascinadas por el resultado cuando se lo muestra el fotógrafo ovetense quien ya piensa en tener allí un estudio permanente, de calle,en ese lugar por donde pasa la mayoría y que puedan posar así los visitantes que así lo deseen y de esta forma llevarse un recuerdo de la ciudad, su catedral y La Regenta
Allí se le recuerda en un monumento erigido en su memoria a la entrada del parque, un lugar que sigue atrayendo a ciudadanos de Oviedo visitantes ocasionales y cuantas personas quieren dejar la foto selfie subidos a un equino que figura en su monumento en bronce.
Cuando no sentados el el regazo de la genial Mafalda quien compite en originalidad con "la Torera".
La ciudad tiene otros lugares donde se representan las iconografías del pasado y presente de la ciudad. El humorista Quino quiso que su creación Mafalda estuviera en ese lugar.
Oviedo se viste por tanto de luces y sombras tras la "cámara negra" como hace más de un centenario, oculta a los curiosos pero siempre tan gratificante. Cuando no había aún otro medio este era el lugar elegido por nuestros antepasados.
Los usuarios de los parquímetros para controlar los aparcamientos en la ciudad están que echan humo. Así lo ponían de manifiesto un grupo de jóvenes universitarios sevillanos que no podían acceder al dispensario. "nunca nos había pasado esto" dijeron.
De un oficio que revive a otro que nace: los parquímetros desde donde se vigilan los tiempos de estacionamiento en las zonas azules de la ciudad que funcionan ¿que quieren que les diga? mal.
En ambos sitios estuve este día tan asturiano donde la nieblina se desploma desde el monte Naranco regando la ciudad. Ideal para visitarla, degustar sus platos y conocer los monumentos.
Así como lo ven, un grupo de licenciados sevillanos junto con trabajadores locales quienes cansados de no poder tomar notas sobre su vehículo para poder aparcarlo se fueron hacia otro lugar.
El personal que tiene que aparcar su vehículo se desespera esperando que la maquina registre sus datos. Sin otra opción ni funcionario que se presente por allí, optan por buscarse otro lugar por el entorno. Cosas del futuro que precisan adiestramiento.
"Eran mejor los de antes" me dice un grupito de currantes a los que me fue imposible anotar sus datos, ni en este lugar ni en otro distante a un centenar de pasos."llevamos aquí media hora y no hay forma de que este chisme nos recoja los datos del vehículo. Anda -le dice a su comapañero- vete a ver de nuevo el numero de matricula del coche" y... que si quieres arroz.
Un poco más allá Tristán sigue consolidando su trabajo ante la atenta mirada de los viandantes, fascinados por el retorno de los orígenes de esta arte:la fotografía otra forma de ver las cosas y los objetos por nuestros antepasados.
Este es el producto final del trabajo desarrollado por Tristán donde queda plasmada la imagen obtenida al "cliente" por algo menos de diez Euros y en un tiempo que no supera los cinco minutos. Una nueva forma de ganarse la vida en la calle para los jóvenes profesionales del gremio. Los fotografiados no echan de menos la foto selfie, tan manida últimamente y retornan a un pasado no tan lejano cuando nuestros padres y amigos llevaban a sus hijos para plasmar una instantánea en los aledaños del parque de San Francisco.
Foto que muestra el trabajo final donde la Catedral siempre es el lef motiv del panorámico del fotógrafo
No hay comentarios:
Publicar un comentario