lunes, 1 de agosto de 2016

"MARI LUZ" UNA PAUSA EN EL CRUCE DE CAMINOS


"CASA "MARI LUZ"UNA PAUSA EN EL CRUCE DE CAMINOS.

 
 Lo que antes fuera un kiosko de periódicos es hoy centro de reunión de los vecinos del barrio alto que forman en la Plaza de San Miguel el epicentro de este cruce de calles y caminos 

¿Quién le iba a decir a aquella mujer que abría la jornada para repartir la prensa del día que aquel minúsculo local de prensa que regentaba serviría años después para alojar un bar restaurante y de esta forma dar cobijo a uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Oviedo?
Pues la verdad: muy pocos. Hoy medio siglo después ya reformado y ampliado el viejo kiosko de prensa es un referente para muchos vecinos del barrio del entorno de la Gesta y del Prao Picón. Así nació y se acrecienta la leyenda de Casa Mari Luz, en este barrio donde se instalaron últimamente algunos de los lugares más modernos de la ciudad.
Algunos que conocieron el esplendor del viejo kiosko siguen frecuentado este lugar de culto a lo largo de la jornada, Desde el mediodía y aun antes, hasta el atardecer. Esa otra intracultura local donde los amigos del barrio se entregan con pasión al debate  en forma de tertulia y donde en especial el futbol concita la atención de los clientes donde tiene cabida todo lo que acontece en el entorno del equipo local: El Real Oviedo.
Javier, propietario de la Confiteria Ovetus, es un habitual de este local que concita a cientos de ovetenses en torno a la tertulia una mañana cualquiera de vinos en Oviedo.

Esa es la base de las conversaciones entre vino y vino de la mejor calidad y cerveza “bien tirada”- El local está situado en la encrucijada de caminos que llevan nombres de  calles con abolengo que van de González Besada  a Campomanes  y viceversa  con permiso de la Plaza de San Miguel que es el centro neurálgico desde donde parten todos los caminos hacia las calles más populares del barrio.
¿Por qué se hace tan atractivo este entorno de la ciudad? Puede que por la esmerada atención que se tributa sin distinción de clases, lo mismo al menestral que al profesional más exigente. Un atractivo dond lo mismo se puede adquirir laterío de calidad y disfrutar; por ejemplo, de una ración de mejillones con patatas, ese plato tan favorito de los gourmets en Bruselas. Una cuidada cocina que ya comienza su actividad desde primeras horas de la mañana para que al mediodía se pueda degustar con el vino de calidad un regalo de la casa: el aperitivo.
Los vecinos de esta zona han hecho suyo este establecimiento donde forman una familia.

En el frontal del antiguo negocio, ahora regentado por un animoso joven boalés se pueden admirar algunas de las reliquias enlatadas del presente y pasado y admirar su galerías donde se aprecian las reliquias de este colmado con degustaciones propias. Eso y el trato exquisito de sus camareras y camareros hacen el resto. Los asiduos tienen así a diario una cita con el presente y pasado de la ciudad. Antes de afrontar, calle arriba, la rúa de Sacramento donde aun se pueden admirar algunas joyas arquitectónicas de las casas chalets más emblemáticas de Oviedo: El Prau Picón
En toda la zona que culmina en La Gesta este bar y otros próximos: El Guelu, Al Fondo, La Malquerida, el restaurante de Arturo y la boutique del dulce Ovetus, amen de algunos sitios de culto, dan al entorno un buquet espacial para quienes pasean a diario por el lugar. Dentro del local parece haberse detenido el tiempo, cuando era muy normal antes de la era Internet que se discutieran en la rebotica de Casa Mari Luz aspectos de lo acontecido esa jornada en Oviedo.
Esta especie de calderas forman parte de la iconoclasia del lugar que mantiene vivo el espíritu del local que hace medio siglo fundara Mari Luz, la kioskera del barrio.

Unas caldearas de cobre como en las que las abuelas cocinaban el arroz con leche sirven de reclamo y soporte para anunciar los mejores caldos que allí se sirven en esas ollas de cinz de la abuela donde se pueden degustar exquisitos mejillones y otras delicatessen del negocio. Manjares de la mesa reservados para los mejores clientes.
Una de estas mañanas de la tardo primavera departo con Javi- aquí todos le conocen así- propietario y principal impulsor junto con su mujer Choni, de la red de pastelerías Ovetus, allí donde se elaboran pasteles y otras delicadezas emblemáticas que salen del prestigioso obrador. Esa especialidades surten a toda la ciudad mediante logística propia. Javi, al igual que yo, es natural de un barrio de la periferia de renombre: la parroquia de Latores donde ambos vimos crecer la yerba en años difíciles años de la postguerra. Javi sabe un güevu de futbol, no en vano su hijo es le cancerbero del Lealtad de Villaviciosa. Así, se ganó a pulso el puesto, dando tumbos por diversos lugares de España hasta que recaló en la ciudad de la sidra donde defiende el arco local.
En las paredes se exponen algunos de los productos envasados donde se puede elegir casi de todo en este bar almacén que regenta un empresario de origen boalés.

La Plaza de San Miguel da soporte a la zona. Una plaza situada en el epicentro de la zona con cierto embrujo. Los vecinos organizan en ocasiones unas verbenas festival adonde acuden la mayoría de los ciudadanos de Oviedo. Casa Mari Luz sirve de soporte para el solaz de los vecinos y visitantes. “Aquí to Dios se conoce, somos como de la familia” dice Javi en esta mañana del vermout que comparte con otra natural cliente del bar: Amparo Díaz Fruela, quien como reza en segundo apellido lo deja todo claro de donde procede.
Me deslizo esta mañana por el cuidado mostrador donde se enfría el vino con el que los clientes acompañan algún aperitivo obsequio de la casa. Así a grandes rasgos es este local, “resucitado” del antiguo kiosko de prensa y algo más. El pulso de una zona a la que la crisis parece no haber hecho mella, haber pasado de largo. Allí se puede encontrar de casi todo. Mañana, tarde, y noche. Los establecimientos del entorno de la plaza en el derredor de San Miguel dan cabida a la mayoría de las inquietudes culinarias de los ciudadanos y visitantes. Periodistas, abogados y profesionales de casi todos los gremios hacen un pis pas para conversar de lo que les atañe en sus respetivas profesiones.
Amparo Díaz Fruela es una clienta especial que visita a la hora del vermout, Casa Mari Luz, emblema de un Oviedo que resiste pese a la crisis del sector.

Casa Mari luz les congrega y los propietariops saben estar a la altura de las circunstancias.”Faltaría más” me dice Tomás quien controla los movimientos de los emplead@s. Cuando la mañana da paso a la tarde se llenan las mesas de clientes. El futbol y los contactos se multiplican entre una clientela ávida de noticias como las que ofrecía la veterana Mari Luz hace más de medio siglo.
Alguien sugiere el tema del día que no es otro hoy que  el encarcelamiento del que fuera Jefe de la Polícía Local en Oviedo: Agustín de Luis. El frecuentaba a menudo este local aún donde tiene buenos amigos. “Es un poco prepotente pero buena persona" comenta Javi quien apura el penúltimo cigarrillo a las puertas de Casa Mari Luz.
Algunas tardes mantengo allí tertulia sobre otros temas más bien filosóficos con mi amigo Roberto. De Carlos Marx y así en el enrono de un reserva alvariño de calidad o una cerveza “bien tirada”.
Pero la Plaza de San Miguel es más. Allí existen otros establecimientos que dan fuste a este entorno de la ciudad. Una noche de copas y música en vivo y antes una buena cena completan la oferta.

En la terraza los clientes aguardan turno mientras esperan retronar al hogar, llegada la casa la hora de comer. La hora del vermout toca a su fin pero ya están aquí los primeros clientes de la tarde. Oviedo se abre a la noche en esta plaza y en especial en este bar. Mientras, siguiendo la tradición, los ovetenses del barrio tras la misa,  adquieren los pasteles del domingo, como en esa tarde que escribiera el poeta local de proyección internacional llamado Ángel González: “Domingo flor de luz, casi increíble día, bajas sobre la tierra como un ángel inútil y dorado”. Donde refleja esos paseos dominicales por el Parque de San Francisco, acompañado del editor y amigo Manuel Lombardero . 
En el camino que conduce desde el ayuntamiento a la Plaza de San Miguel la figura egregia del prócer asturiano Campomanes muestra el camino que nos lleva al barrio.

Al parecer en su tardía juventud solían mirar el revolotear de las faldas de las jóvenes dominicas y teresianas que aquí, en este barrio, tiene colegio y punto de referencia.
Esta tarde-una vez más- me dejaré caer por esa terraza donde me espera mi  buen amigo, quien a buen seguro me comentará sobre los clásicos, Epicuro, Aristóteles, Platón… y cualquiera de los sabios del pasado.

Junto a los modernos edificios la ciudad convive con el ambiente lúdico en el Casa MariLuz brilla con luz propia.

Allí sigue Casa Mari Luz que parece, a tenor de su éxito, tiene cuerda para rato. A Javier le esperan sus amigos de siempre, de a a diario mientras que yo me dejo deslizar Sacramento arriba hacia mi morada. ¿Qué quieren que les diga?: me gusta mi ciudad y su menestralía local, fundamentalmente  estas mañanitas de domingo que son toda la semana.

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