EL PENSADOR QUE NOS ENSEÑÓ A PENSAR

"el pensador que nos enseñó a pensar"

Cuando sobrepasa el medio siglo de docencia del filósofo Gustavo Bueno, recordamos su escuela que impregnó nuestras vidas de sentido entre silogismos.

La generación de alumnos del profesor  y filósofo Gustavo Bueno, forman parte del dietario social de nuestros país astur, que digo de todo el mundo en red. Resumo aquí algunos de aquellos tiempos,momentos para nosotros memorables pero que apenas ocupan una entradilla de lo acontecido aquellos años de menos vinos y algunas rosas.

El genial profesor- Gustavo Bueno- fue el patter para una generación de estudiantes que le recuerda siempre. 

 Javier Neira que fue alumno suyo en la plaza Feijoo, era un joven  con cara de despistado ¿Cómo ahora? que portaba  lentes de aumento y tenía cara de salir de paseo permanente. Cuando dejo a un lado los pupitres del pensar del novicio, para darle uso a lo aprendido en la Universidad para rellenar “holandesas” en el diario donde aún resiste.  Ganamos un periodista y perdimos- a medias- un filósofo.

Tini era más del café Dindurra, donde compartió con su mujer Soledad, desde que el café era café.
Era cuando comenzaba a runrunear la “leyenda  roja” en torno a otro novicio que iba para más lejos y se quedó entre nosotros,en nuestra vidas. Tini Areces que viajaba desde Galicia hasta Oviedo acompañado de su inseparable José Luis Iglesias Riopedre” el gordo” para arrojar a la calle mensajes subliminales, escritos en octavillas subversivas y seguía la leyenda en el camino de Santiago, hasta  Perlora. Lanzaban soflamas al estilo de Paco Arrabal y su inquietante "Carta al general Franco" de tanto éxito en los pupitres del postfranquismo militante.

Juanín y Gerardo "Yeren dos guajes a medio criar",pero dejaron muy alto el listón para los que siguieron.
Aquello acontecía  mientas un grupo de amigos de aventuras entreteníamos la tarde en un recodo de los meandros del Rio Nora, donde algun@s de la pandilla se atrevían a bañarse en “bolas” como para que descubriéramos como era el otro sexo, tan distinto y tan igual. Osados retomaban el uso de aquellas clases benditas a hurtadillas y cuando no para expresarse usando  los silogismos del máster Don Gustavo.

Ellos hablaban con desparpajo de Kant y Sopenhauer, mientras que un novicio llamado Carlos Santullano, aprendía las primeras lecciones de periodismo fotográfico portando una cámara bolier en color de 8 milímetros.¿Donde estarán colgadas las fotos en negativo de aquel tiempo, de aquella otra vida mía, de la de todos? ¿en que oscuro desván de pasado habitan?

El nenogenario profesor dice que no tiene tiempo para estar enfermo. Ni falta que hace maestro.

Gustavo Junior aprendía filosofía de su padre y los amigos comunes, historia del arte -como sino de otra manera- ya en el desayuno de aquellos locos y atrevidos jóvenes de principios de lo setenta, quienes admiraban el discurso de  Sartre y Simón, tan alocados como eran ellos, mientras observaban fotos en B/N sobre la revolución del 68. 

Estos jóvenes que parecían más"enterados"  interpretaban para los más “progres” algunos discursos clandestinos de aquel hombre encaramado en un bidón o una barrica de vino quien insuflaba discursos envenenados, cargados de adoquines y pólvora, donde aparecían camuflados tramos de Bakunin y Carlos Marx.

Estos de la imagen de derecha a izquierda eran algunos novicios. El "pulitzer" Javier Bauluz, Enma Cano, pintora de éxito y quien esto escribe Velino al dia.
Algunos de los que nos precedían de generación viajaban en un jet destartalado al epicentro de la revolución, al  país del realismo comunista que aún no lo era: Cuba .Como  Claude Levy Strauss que les preguntaba a Castro y el Che Guevara sobre aquella marcha en permanente evolución: la que bajara del monte, de la sierra, a la ciudad. Era aquella revolución soterrada y algo ácrata de jóvenes barbudos que bajaron de la sierra al llano entre vómitos, cigarros Vuelta Abajo, habanos puros, y canciones atrevidas que contenían textos de Martí, auxiliado el Che por un ventolín para aliviar aquella maldita tos,el asma crónico que padecía.

Los chinos de Levy Strauss como ahora, siempre en permanete revolucion desde Tia nan men-

Mientras que nosotros tan atrevidos y diletantes opinábamos por ellos, tan lejanos que no ausentes, en un patio de corrala llamado Casa Manolo donde cohabitamos con comunistas de compromiso, los míticos -Manolo Mieres, los “Zapicos” Areces y otros que venían de Grado, la pequeña Moscow aldeana. Observados por aquellos otros jóvenes de chaqueta de postín con sobaquera y chicas que hacían sonar el tacón de entre tapas, vestidas de manga ranglán. Así pasábamos las horas muertas, pegados al duro invierno de la ciudad ante una chimenea en la que ardía de manera permanente un fuego con olor a roble. Es que en verdad,  éramos ¡la hostia!.

Ellos mis amigos, recién salidos de las clases del Profesor Bueno, hablaban de Feijoo porqué venia envuelto en cuartillas de papel de estraza.Yo de canciones y la joven Enma Cano-hoy pintora cotizada- dibujaba sus primeros bocetos en papel cebolla, aquella niña rubia, teutona que a todos encandilaba por su desparpajo.

                                        

 Siempre nos quisimos mucho la Enma Cano y yo.después y antes. Aquí cantábamos juntos hace casi medio siglo, más ella sigue igual.Artista y hermosa.

Comenzaba a reinar en los chigres la figura del hoy máximo representante del lumpen local, un chaval guaperas que procedía de los barrios bajos: Pumarín. Aún responde al nombre de Roberto.

Como era la moda conspirábamos-en silencio- en la incipiente biblioteca casera de uno de los “marianos” mote por el que se conocía a aquellos gemelos donde el que había nacido unas horas antes en el parto siguió el arte,observando el prerrománico para un día plasmarlo en sus estudios. El otro mellizo, Mariano fue para escritor y en su afán llegó a la final en el pretigioso Nadal, más luego se perdió su pista, puede que aislado en una aula con olor a tinta china.. Su hermano menos conspicuo atendía por el nombre de Lorenzo.

Así es ahora Lorenzo Arias, el ojo crítico de nuestro Prerrománico por escavar

.Éramos- a nuestra manera-un poco locos,cuando en  los ámbitos clandestinos distribuíamos aquellas octavillas entre la estudiantina aquella “Carta al General Franco- escrita entre lamentos por el ahora dramaturgo de culto y afrancesado e histriónico Paco Arrabal. Eso cuando no ultilizábamos el piso franco de un tal Agustín Tomé que tenia verbo florido y alejandrino e iba para polítuco. Presumía de conocer personalmente a aquel Felipe González que comenzaba a florecer en otros lugares del saber.

Yo era un imberbe que aporreaba una guitarra y cantaba en otra clandestinidad cuando aquel Belarmo se atreviera a montar un chiringo en el viejo barrio al que llamaría acaso pomposamente “Tigre Juan”.A ese tugurio frecuentábamos Luisín Cepeda, hijo de su padre y Toño" el poeta" un joven inquieto que jamás escribió un soneto.

Aquellas esquineras de los bares asturianos de los años 70, encierran mucha historia en sus entrañas.

También por el Antiguo de paso a la facultad, paseaban las chicas a veces sin sujetador que dejaba entreveer esos senos generosos desprovistos de sostén y el que más o el que menos se iniciaba en el arte del amor desflorando algunas de aquellas mozas tempraneras porque había otra revolución, otra asignatura pendiente: el sexo.

El filosofo devanando ideas para transmitir a sus alumnos del mundo. Que orgullo para esta ciudad.

Y usted profesor de ideas, empezaba a ser un  mito para nosotros,este grupo de imberbes indocumentados. Ya le publicitaba entre la muchachada su hijo entrevistador y Javier Neira cuando yo les regalaba los oídos a aquellos jóvenes alocados canciones de Jacques Brel, George Brassens o Leo Ferre... Porque ¿saben? Yo era el viajero de los cuatro cuartos que se plantaba en París en ALSA para compartir la post revolución de aquellos “incendiarios” de Nanterré alas barricadas. 

 

Las de nuestra época eran así, algunas incluso con menos ropa, pero siempre mujeres, lo mejor que nos pudo tocar.
Oh la,la.¿Como hacen el sexo allí? Me preguntaban los amigos. No se: supongo que como aquí.Era un tabú hablar de estas cosas porque antes de acudir a clase las mamás les advertían a las novicias sobre  los peligros que ya se conocían por el sexo libre.

La cosa como sucede ahora. Las novicias iban a dejar las crías fruto de un amor en una fría clínica de París o Amsterdam pagando el aborto con el dinero que les prestaban sus padres ricos o sus amigos confidentes. Para abortar los hijos de la gleba, los pobres, debían hacerlo de otra manera, generalmente con parteras clandestinas jugándose literalmente el pellejo. Eso cuando algunos de los que hoy editan nuestras leyes aun no habían nacido y bien pudiera haber sido embriones abortado antes de ver la luz. Por eso se hace necesario regular lo que ellas dispongan, porque ellas sufren en sus carnes las consecuencias.

Yo dándole parole a los míos para engancharlos al futuro.
Yo seguía en esta maldita costumbre del veto para mis canciones. Cuando ahora es parecido ,pero más en plan  fino. Presentaba por obligatoriedad mis textos en una oficina siniestra,un cuartucho de la calle Palacio Valdes atendido por un funcionario rengo provisto de manguitos que colocaba el estampado para "autorizar" o "denegar" su difusión. “Este autorizado, aunque lo veo algo rojo. Este otro "Denegado" que cuenta la historia del comandante José Mata, ese minero odioso de las guerrillas al que quise dar caza cuando la postguera por los montes de Asturias" eso me decían el censor.

Aunque,por si las moscas, me asignaron un policía para seguir que mis textos se ajustaran al precepto yo y el dejándonos engañar ambos, colábamos algunas estrofas con intención en un club seudo permitido al que llamaban "Culiural"- situado cerca de los almacenes Botas- : Allí un incipiente Nacho Gracia fumaba en pipa al estilo Sartre y daba consejos sobre Literatura. Era oficial de panadería.

Todos eramos más jóvenes. El, Antonio también. Unos críos con ganas de jugar con las ideas y la política.

Cuando las primeras sombras de la noche cercaban la ciudad Vetusta, los estudiantes se retiraban a sus casas y yo junto a mi alter ego conocido por Toño el poeta, frecuentábamos los colmados del Antiguo donde asaban sardinas y tortillas rebozadas con güevo a la francesa envueltas de merluza o gambas. Era: "el Gato Negro" Así lo celebramos en los tardo setenta cuando me acompañó a Madrid donde puse mi oficio de cantor a disposición del Sindicato UGT que celebraba ese primero de Mayo del 77 su “Primera fiesta en Libertad”. Aquel Toño cogía por primera vez en su vida un avión camino de la capital del Estado.

Vino el y "con dos cojones" mando a parar y ya nada fue igual después, sobrevinieron los chorizos.
Fallecería dos años antes entre tuberías aquel temido y odiado general de los ejércitos un gallego fino, de voz aflautada, al que todos conocímos por Franco. El día de su muerte,acaso por temor, entre temores de represión y canciones nos fuimos a Ules, un pueblo/ barrio pueblo situado en la falda del monte Naranco y como siempre sucedía, no sucedió nada, mas que la vuelta a casa con la certidumbre que algo cambiaba en nuestras vidas. 

Nuestra relación  con el "cubalibres" ye como pa pensar.
Manteníamos el ambiente del cubalibre y hacíamos bolos ya de media mañana-que podo estudiábamos los de aquella generación- en los colmados donde las ratas se subían a los bocoys de vino entre atrevidas y descaradas con la mirada perdida ante el paisanaje de vino peleón y pinchos de cabrales y chorizo. El Manantial, La Perla, el Venecia… lugares donde se escondía de la policía política un joven con andares de simio que ahora imparte clases de filosofía y metodología comunista  en Nicaragua,llamado Alfredo Lobo.Le vigilaban a prudente distancia los "polis"de la Político Social donde uno de los hijos del  de Coronel de la G. C llamado Nieto- se iniciaba en estos menesteres. Años después sería  asesinado-era su sino- por ETA cuando de novicio se fue a ejercer en esa comunidad.

Calles que estaban pobladas de curas y militares en la Vetusta que seguía en el sueño permanente de Clarín, mientras al profesor de ideas le colocaban pintadas porque era tan progresista. Años después aquel otro joven, hijo de alcalde de los Masips de siempre, le incendiaran el coche y nacía y crecía la otra leyenda de Tini Areces, quien siendo del PC ya miraba de reojo hacia la otra Casa Común socialista. Allí  terminaría irremediablemente integrado tras un tormentoso congreso del PCE donde empezó a destacar la figura de un minero serio y comprometido llamado Gerardo Iglesias quien llegaría después a ocupar la Secretaria General del PCE.

Gerardo recupera la memoria histórica de los perdedores seguido de sus jévenes camaradas.

Yo lo veía pasear pero las cales de la ciudad cuando venía de su pueblo vestido de cazadora vaquera del  far west. Con su zamarra de piel de alce con tirillas colgando y unos andares de chico guai por el que se quedaban prendadas todas las mozas ya talludas,unas profesantes y otras novicias. 

Era el rey de la incipiente disco cuando estos negocios comenzaban a florecer. Los estudiantes organizaban como para darse un farde recitales en las aulas y yo mismo actué en uno de estos recitales organizado por los alumnos de Derecho.

Alvaro Cuesta y Agustín Tome, prepararon uno interrumpido por la la autoridad celebrado en el cine Palladium, el de las películas de arte y ensayo,de culto, culto y más tarde - en el Aula Clarín de Derecho de Oviedo. Menudo fiasco con los de la social vigilando en primera fila y enviando consignas al improvisado escenario. Se suspendió cuando mi vecino y luego compañero de prensa José Luis López del Valle, acudió  de becario portando una Boliere que manejaba un cámara al que conocían por "el Chicha"  En algún lugar de TVE andarán aquellas imágenes. Puede que en algún desván del destino estén encerradas esas imágenes acaso podridas por la humedad y el olvido.

El mismo Alvaro Cuesta alq ue vemos aquí,más que al crecer se hizo más importante. Era mi productor in pectore, no autorizado.

Ya no frecuentábamos el Río Nora para bañarnos y atrevernos con las chicas.Elegíamos otros lugares ya vestidos de gallitos cuando poco a poco nos fuimos perdiendo la pista. Ellos en Milicias, nosotros en el batallón de los torpes, a veces de castigo. Asi transcurrieron aquellos oscuros años cuando vislumbramos una luz al fondo del tunel, cuando el polpista Tejero nos devolvía a la realidad portando una Parabellum en mano irrumpió en el congreso de Diputados. Mucha contrariedad para muchos de los nuestros que se dejaron el pellejo en las calles y en las cárceles del franquismo. Vuelta a empezar y a ver de nuevo los "milicos" patrullando nuesyra vidas, porque la mayoría estábamos “fichados·” por la pretoriana.

Por estos meandros merodeábamos Pin, como acaso tu. Para ver como eran por fuera las niñ@s.

Más, una vez más, nada aconteció,solo un susto  y entonces ya solo nos encontramos muy a veces por las calles sujetos a un carrito de niños o del brazo de la señora. Ellas están más gordas y nosotros más calvos.En esta tarde que pateo la ciudad cargada de nostalgia y recuerdos, leo en un página caída cual hoja de otoño en la calle, una entrevista de quel alumno medio miope Juan Neira, con usted profesor siempre pensando beligerando en  ideas nuevas hablando de esos silogismos que le persiguen cual fantasmas de la historia. Más siempre atento a lo que acontece cotidiano como aquel joven hebreo de nombre Jesús quien expulsó a los mercaderes del templo de Jerusalen. 

El profesor Gustavo Bueno fue quien dio sentido a varias generaciones de jóvenes estudiantes.

Sin dejarse comprar ni  vender su ideario, que es el de muchos jóvenes de mi –nuestra-generación-Pena no haber acudido ni de oyente siquiera a sus clases del viejo caserón dedicado al maestro de maestros el gran Feijoo. 

Cortázar quería saber mi opìnión sobre el Gustavo Bueno al que elogiaba a menudo.
“Si eres de Oviedo, conocerás al profesor Gustavo Bueno” me dijo un día en el barrio de Montparnasse aquel escritor en ciernes que tanto le admiraba- Julio Cortázar. De vista, contesté,porque yo alternaba más con el Junior y los de nuestra generación, el mismo con el que ahora divertimos las imágenes el sonido. 



Y en esto apareciste tu, más acaso esa sea otra historia que habrá que escribir algún día.