lunes, 3 de marzo de 2014

LA LEYENDA DEL CECHINI






"lA LEYENDA DEL VIEJO CECCHINI"

Decenas de actuales sexagenarios alternaron en ese local
de la zona vieja de Oviedo


Varias generaciones de estudiantes y trabajadores que ahora sobrepasan los cincuenta, pasaron  alguna vez de su vida por el famoso Cecchini de la zona vieja de Oviedo. Otros fueron habituales La mayoría estudiantes hoy profesionales en distintos ámbitos de la sociedad.
Políticos de renombre, empresarios de éxito, curas, ladrones y muchos que serían después menestrales o gentes de mal vivir. Por aquel bar pasamos la mayoría de los que ahora ya somos sexagenarios y otros que superan el medio siglo de existencia.
 
 De aquellos colmados de fines del siglo XIX surgirían estos bares de estudiantes del siglo XX

Procedían de todos los lugares de España, eran estudiantes de la Facultad, poetas, pintores, músicos y otras gentes que venían atraídos por la fama de aquel bar donde se ligaba y se cantaba al, alto la llevan. El tugurio entre colmado y mesón lo regentaba Angelita, una veterana entrada en carnes que despachaba detrás de la barra, raciones de pimientos en vinagre, bonito en lata, cecina y mucha sidra.
 
 Asi empezo el Cechini y otros de la zona vieja de Oviedo, en tascas

Angelita era por otra parte melómana practicante, una buena aficionada al bell canto que se programaba en la Opera de la ciudad. Ella que era de abono, no se perdía una sola representación de las temporadas del Teatro Campoamor.
Salía de su casa de punta en blanco, desde el viejo portaron vestida para la ocasión y entonces era Paco, un camarero simpaticón y a veces de agrio carácter quien atendía el negocio.
En una esquina del bar los más diestros tocaban la guitarra hasta bien entrada la noche y casi todos lo hacina mejor o peor pero se atrevían con la encordada. Yo que apenas contaba 14 años, empecé allí a tañer el instrumento, cuando otros ya más veteranos entonaban canciones italianas y boleros que era lo que se traía. El rock aun era incipiente, no se había introducido tanto, haría furos años después, cuando el Cechinni echaba las cortinas. 
  «A los 14 años empecé a dar clases de guitarra a la grandeza de Oviedo»
 Ellos los artistas y cantaores hicieron sus primeros pinitos en este bar de leyenda

Allí se bebía preferentemente sidra a raudales y compuestas, los baños eran una especie de paredón azulejado dond se meaba contra la pared y quedaba recogido en un pozo séptico adosado.
En las paredes colgaban sus primeras obras los pintores de buhardilla  que vivían  su particular bohemia ovetense: Carlos Sierra, Lombardía, Jaime Herrero Fernando Alba… y otros que con el tiempos serían artistas consagrados. 

 
Y Manolin ya daba la turra en el Cechini, Victor Luque y otros que dejaronsus huellas allí.
 
La guitarra era el nexo de unión entre la clientela y los artistas, de común y pulsaron con sus dedos aquellas guitarras la mayoría, la guitarra del Cechinni formó a muchos “tuneros” los que mas tarde serían maestros del instrumento. De aquello ha pasado más de medio siglo, hasta que un día cerró el establecimiento tras años de actividad, para dar paso a otro tipo de hostelería de pubs y restaurantes.
El que era otro centro de atención se llamaba, aún sigue con ese nombre ya remodelado: “el gato negro” donde lo habitual era solicitar de Fermín el camarero una ración de tortilla de gambas o merluza y mucha parrocha frita. Esa tradición culinaria aún permanece  en esos lugares.
Pero el Cechinni fue más que eso. Allí se pasaban apuntes para los exámenes y algún atrevido se fumó el primer “porro” de su vida. 
 
Este era el portal y dentro la "marimorena" para artistas y futuros políticos
 
Personajes como los ex presidentes Pedro De Silva, Juan Luis R. Vigil, el empresario Blas Herrero… y decenas más fueron habituales de este mundo bohemio y soñador donde ese mezclaba la tertulia y el bon vivance de aquella manera. En el se redactaban consignas políticas y de distribuían panfletos, generalmente contra el régimen de Franco
 
Camilo estuvo alli tomando unos pinchos de bonito en escabeche con Juan Benito
 
Un día estuvo allí el gran Camilo José Cela, que vino acompañado por su fiel secretario el ovetense Juan Benito, y los poetas de cierto renombre, Ángel González, José Agustín Goytisolo y Caballero Bonald.
En las paredes de ocre se publicaban poemas que elegía Toño “el poeta” un rapaz que leía mucho y competenci aba con el escritor Ignacio Gracia Noriega, también habitual de este negocio.
Angelita, un señorona a lo estanquera de Amarcord, de amplias carnes, traía a raya a todos sus parroquianos.
  
Alli comenzó su fascinate aventura el mejor showman asturiano. Si !oh! Jerónimo.
Otro habitual era Jerónimo Granda y sus hermsnos, Calo y Claudio, este ultimo un hombretón  entre faltoso y ligón que daba vuelta al local, después de hartarse de caracoles en el bar que llevaba ese nombre y que sigue allí, pero en otro formato.
Un día Juan Jerónimo me comentó con esa chanza que lleva consigo desde guaje. “Oye Velino:¿Recuerdas si Angelita afilaba o limpiaba los cuchillos en el sobaco antes de cortar la cecina de la que era un establecimiento de primera.

 Los Chunchos, en una foto de 1977.









                                                                                                                                                                          Los "Chunchos" y "Mate" introdujeron las quenas,los charangos y otros sones andinos para el lumpen y los estudiantes
     
En fin los “Taitas” que ya eran más veteranos y habían formado un grupo de éxito que se llamo: “Los Ruiseñores de Asturias” el siempre jazzista “Curro” y Jamo que venia desde Avilés a diario atraído por el ambiente del local. Era tal la mezcolanza de personajes que sería prolijo nombrarlos uno a uno.
Los primeros “rojos” tenían otros “nidos” procedían generalmente del Colegio de los Dominicos y algunos poetas escribían difterias contra el gobierno de Franco. Por allí vigilaba la Brigada Político social del inefable Claudio Ramos: 
 
 A los "fichados" por Claudio Ramos, todavia les sobreba corage para salir en las fotos
”A ti ya te tengo fichado, como sigas en ese plan llamo a tu madre a Comisaría” Era muy propio porque allí se iniciaron entre otros: Tini Areces quien luego sería presidente del Gobierno Regional, un tal Pravia, los Maurenzas, Virgilio… toda una trouppe de los que años más tarde serian cargos Presidentes, diputados y empresarios de fortuna.
Con el tiempo el Cechini desaparecería al menos en la forma que conocimos y le dio tanta fama. Una leyenda viva de la ciudad.
Hace un decenio me atreví a componer un decálogo de canciones sobre personajes de aquellos años y así grabamos-aun esta inédito- un Cd sobre el Cechinni a ritmo de minué. La obra la estrené en el lugar más propio de la ciudad: El Teatro Filarmónica.
 
 Yo rescaté algunos famosos para mis recitales de "Mitología Urbana"

Cobraron vida por tanto, personajes como La Pixarra, más que una aficionada del Real Oviedo, Cigaña y Garrafundia, dos pintores de brocha gorda. Anton de la Madre quien ponía voz al cine mudo de Rodolfo Valentino,, La Chata de Pumarín, la Vuelta a Oviedo, con guiños al viejo cabaret de la ciudad: el Suizo, donde era propio acabar de recalada para estos chavales tan ruidosos. Allí se eternizaba en el cartel  un joven cantor que venia acompañado de su madre a cantaren en el  local coplas atrevidas: Carlos Blanco, se llamaba.
 
 El- Carlos Blanco- siempre debutaba en el Suizo,el cabaret de Asturias.

Este Cechini fue el templo para el lumpen asturiano, una espacie de zoco dond ese podía adquirir casi de todo lo que había en la calle: cigarrillos sueltos, antes de que los más pudientes terminan la jornada en el Bar Cabricán, La Guillermina o cualquier otro tugurio de putas del próximo barrio del Postigo y Campo de los Patos.

 
La plaza de Trascorrales y la antigua Churrería, recuperadas a la piqueta
Aquel Oviedo irremediablemente de ha perdido como tantos otros lugares de la ciudad por acaso brutal de la piqueta, acaso el mas emblemático la Cantina del Vasco estación Termini para los trenes donde oficiaban las “carretonas” que vendían avellanas y cacahuetes a los viajeros en línea que se dirigían hacia otros lugares de fuera de Oviedo.
 
 Y la cantina del Vasco lugar para "carretonas" y viajeros de Asturias.

Aquellos años tan “clarinianos” que algunos recuerdan con nostalgia y otros prefieren olvidar, donde se hicieron ricos muchos con el estraperlo  y el tabaco de contrabando.
Oviedo tenía en el Cechinni el centro de referencia para la juventud universitaria y trabajadora donde se mezclaban los jóvenes sin diferencias de clase, ni políticas ni culturales. Esas paredes rezumar gran parte de la historiad e la ciudad.

7 comentarios:

  1. Virgilio.... murió confeccionando una bomba . Creo recordar que en 1973.

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    1. Yo lo conocí en los años 65, allo trabajo mi hermano "Senen" Raúl Alonso. Era la época de las pantalones de campana y chicas y chicos "YE YE" en la calle Uria.

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  2. Y se te olvida Arango ( el Roxiu de Veguín) Luis "el barbas ", Plis y Plas del la banda "el Puma"... y tantos otros...

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  3. Algunos más veteranos, empezamos a visitar el Cechinni, a finales de los cincuenta.
    Los 'mayores' : Javier Uría, José Llanes, Moncho Bances, Paco Calahorra, Miguel Seidedos, Fany Mayo, Mariano Coluby, Luis Argüelles, Fernando Corbeiras, Belarmino... y los 'pequeños', Chani Úria, Alfonso Vigón, Esteban Riera y yo mismo. Era el momento del flamenco y las vaqueiras...Luego, Juan Quirós abrió el Club 29, en la calle Caveda. Pero esa es otra historia, que también estaría bien que explorases.

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  4. ya se que son muchos por eso digo que es prolijo nombrarlos a
    todos, más estáis en mi corazón.

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  5. Falta comentar, que a diario Cordobilla, era el gran animador con su guitarra.

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  6. Juan Aranburu, Hugo O'Donnell, Maria Pipa, Antonio Berenjena.....

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