martes, 14 de abril de 2015

VELINO EL ALEMAN



"VELINO EL ALEMAN"

 Este humilde plumilla viajó mucho en aquellos años duros del franquismo dominante. Por eso aprendió francés y alemán dos de las lenguas del neo imperio dominante. Allí en Köln- Colonia- tenía el reposo este guerrero como para desgranar por toda Europa los cantos poemarios de un rapaz inquieto donde los haya. Así en el estilo biográfico donde habité en aquellos oscuros años de la España silenciosa.

Transcurría el año de 1.972 cuando atravesé por primera vez las fronteras por Hendaya camino de Alemanía, donde mi hermana había casado con un natural y quería conocerle. Solo una dirección escueta, un nombre: Maria López y una casa en Gloilestrasse- Köln- Aquella tarde del mes de febrero nevaba mucho cuando traspasé la frontera alemana. El funcionario fronterizo me miró con recelo y ¿porque no decirlo? mala cara. Antes d ellegar hacia mi punto de destino,había cruzado desde Bruselas por Aachen una ciudad industrial asentada en el corazón del Rür donde ejercía un amigo de la infancia/juventud ovetense llamado Víctor Folgueras, químico y de izquierdas.

Yo era el mismo que ahora,solo que más joven y barbudo, aquella moda imperante que nos habían contagiado los cubanos del Che Guevara, de Castro.
En el camino hacia Köln- déjenme que lo escriba así- el funcionario encargada de fronteras puso cara de extrañeza. Yo no iba en busca de trabajo, sino de visita. A la llegada a aquel apartamento me esperaba Herr Voosen que era corrector de pruebas del Frankfürter Algemaine, antes de que mi hermana y su compañero Heinz hicieran acto de presencia. Ya había pasado la frontera cuando ellos regresaban de la otra frontera inter alemana de visitar a unos parientes al otro lado del muro. De vecinos tenían a dos ex S.S que habían "trabajado" para el Reich en el campo de exterminio de Treblinka. Kette que si se llamaba la mujer era una buena repostera en la "küche"familiar.

Este axioma del escritor me persigue desde que un día le conociera paseando las calles de Colonia de bufanda tricolor en un banco frente al Rhin,como lo que fuera siempre antes del concederle en 1.972 el Nobel de Literatura: un lumpen
Días después el tal Voosen, un militamnte anarquista próximo a la Bader Mainhof, que sería mi contacto desde ese día, me invitó a su semisotano donde  un grupo de alemanes del Este a los que se notaba por el acento su procedencia de detrás del telón de acero hicieron acto de presencia."Mañana conocerás a un buen escritor de pasado turbio, entre comunista y ácrata, hijo del lumpen, se llama Heinrich Böll, seguro que te agradará conversar con el, chapurrea el castellano" me dijeron los amigos españoles  de Voosen. Con nosotros compartió un pintor ovetense, Isidro Díaz Villallandre.

Una boina calada y una bufanda con ribetes republicanos para el sabio, el poeta el cantor de un tiempo de guerra fría.
Y allí apareció aquel teutón sabio, luego premio nobel, envuelto en una bufanda con los colores de la bandera republicana española. Acaso ese sea el motivo y no otro más por el que hoy día 14 de Abril, cuando se conmemora aquel triunfo de los republicanos españoles, el pueblo en suma, por el que me comprometo con este artículo. En aquel destartalado coche -curiosamente para un alemán de marca francesa, un Renault- nos encaminamos hacia la Universidad de Heidelberg, donde nos esperaba otro escritor que ya fui advertido era "investigado" a causa de un pasado"turbio" en la juventudes hitlerianas. Curiosamente fallecía la noche pasada: se llamaba Günter Grass

Los nazis ya usaban metaanfetamina spara convencer a los más jovenes. Ellos obligados a marcar el "paso de la oca" encuadrados en las  juventudes hitlerianas. Pese a ese cerco triunfó la razón, el poder seductor de la palabra.
Como para no despertar sospechas nos trasladamos hasta allí en tren. En aquel destartalado apartamento muy similar al ocupo en París el argentino/belga Julio Cortaxar vivía el autor del "Tambor de hojalata", desgranaba cuartillas otro escritor no menos celebre. Años antes de recibir el "nobelín" asturiano que le diera proyección internacional: El Premio Príncipe de Asturias de las letras.


Los viejos amigos del Oeste en un tiempo donde las ideas se abrían  hueco entre el imperialismo yankee y la ospolitik rusa. Grass y Willy Brand estaban en el mismo banco.Y Böll expectante.
Grass quiso que les cantara, a el y a Böll, canciones  de los maquis españoles que combartieron en los montes y en la batalla del Ebro, donde tantos alemanes anti fascistas habían dejado sus vidas por una causa en el Frente del Ebro. Y ya entoné el "!ay Carmela" y otros cantos, todo el repertorio que conocía. Años después residiendo en Paris me enteré de que le habían concedido el Premio Principe al escritor autor de "El Rodaballo" "El tambor de hojalata" y otros títulos. El mismo que recibieron en loor de multitudes en las calles de Oviedo.


Eramos unos guajes juguetones con las palabras el verso prohibido y el - Fausto- lo dejó escrito en unas cuartillas dedicadas al  cantor.
Aquella revista llamada Asturias Semanal que fundará- como siempre ha hecho- mi cuate Graciano García, los más cercanos le llamamos Chano- estuvo atenta a ese episodio mío por tierras teutonas y parisinas. Así apareció en la revista un recuadro recordando mi paso por los platós germanos bajo este epígrafe:"Avelino canta en bable en la televisión alemana" en la aue se veían fotos del momento. Meses después en uno de estos regresos el periodista Faustino Fernández Álvarez, publicaría un reportaje entrevista conmigo que subtitulo: "Para cantar a los poetas hay dos nombres: Paco Ibañez y Avelino" y así entré en la intrahistoria asturiana.

El -Henrich Böll- y yo, acaso solo pretendimos ser payasos en el gran circo europeo.
Años después mi sobrino quien apenas contaba seis años de edad, descendía del avión procedente de Alemania, en Ranón con un letrero en el pecho"Onkel Veli"-tío Veli- ese era yo quien le recogía en la terminal asturiana para que el aprendiera en los veranos las técnicas de salvamento en la ciudad de sus abuelos: Oviedo. Y así fue un "feauerwerman"español-aun lo sigue siendo- con aprendizaje en los Bomberos de Oviedo, donde queda constancia de su paso por la ciudad. Sus compañeros del curso del  cuerpo, serían invitados años después a visitar su casa de Colonia donde conseguirían, a bajo precio, autos alemanes de cilindrada, eso que conocemos por alta gama.


Un día de la navidad europea detuve mi camino para reflexionar sobre mi futuro y aquí me hallo.
Yo seguía viajando que acaso ese sea mi destino del signo Sagitario, por medio mundo. Ya había estado en Budapest, en Moscow, en Berlín Oeste y final de trayecto en París. Cantaba en una lengua incomprendida por los europeos. Un traductor penetraba en las canciones y yo posteriormente las interpretaba. De regreso los periodistas de la incipiente televisión TVE nacional en aquel Parorama Regional me disputaban entrevistas. Era el chico del día, cuando yo me veía en los recados. En algún lugar de un desván de Navia, reposan esos recuerdos en fotos B/N que espero un día puedan ser publicadas.

 
Aquel 14 de Abril del 31 amaneció distinto para un pueblo sometido que hubo de pelear por su destino y perdió el rumbo, manu militari
Hoy que se cumplen años de la promulgación de la República Española, recuerdo aquellos otros tiempos de esperanza en el exilio. En aquel espíritu imperecedero, republicano, que aun hoy, pese a las restricciones pervive. Acaso ese sea el motivo por el que fui condenado al ostracismo precoz en mi pueblo. Esta tarde de primavera de un día 14 de Abril puede que lleve al cuello una bufanda similar a la que un día vi en otro cuello, la del nobel alemán que conocí en aquella trastienda de mi destino, ese semisótano colonés: Heinrich Böll. Así me voy, sentado al pide de mi terraza con un libro entre las manos titulado: "El clown": Confesiones de un payaso". Esta tarde en la calle nos vemos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario