miércoles, 23 de abril de 2014

NUN YE UNA "CORDERADA"


"memoria de un tiempo de silencio"

Ayer se presentó en Oviedo el libro"El rojo color de la memoria" opera prima del periodista Lorenzo Cordero.

Todos esperábamos que un día salieran a la luz estas "memorias"que no "corderadas" de un periodista de raza como es Lorenzo Cordero, memoria viva de un tiempo de silencio y ayer asistimos en buen número a la presentación del que pueda su primer trabajo en libro y "acaso el último":"El rojo color de la memoria" obra de un autor que dedico toda su vida al periodismo.Porque el buen observador siempre le gustó contar cosas, escribirlas.
Francisco Erice, Lorenzo Cordero y Celsa Díaz, durante la presentación del libro.
Ayer se puso sobre esta mesa la experiencia de medio siglo dedicado al periodismo:
"El rojo color de la memoria"

Así lo destacaron ayer dos de los colaboradores de la edición de este libro:Celsa Díaz y Francisco Erize,coautores respectivamente de la portada de la edición y prologuista.
El libro hace un repaso del casi medio siglo del autor quien no quiso en su día llegar publicarlo porque le obligaban a suprimir algunos pasajes "comprometidos" de esta intra historia llamada Asturias. Una región que según el autor no ha cambiado mucho en estos largos años de profesión.
Parte el libro de una idea del que fue nuestro director,el recientemente fallecido Faustino Fernández Álvarez, quien le encargo a Lorenzo un trabajo aparecido en el medio a lo largo de 52 semanas, las que tiene el año, en aquellos duros años, cuando los políticos de Madrid,venían a Asturias-como ahora mismo hacen: "para hacerse la foto con mineros y campesinos".
Yo me crié en su ágora,antes y después de trabajar juntos en las redacciones de La Voz de Asturias,de aquella en la calle General Elorza y más tarde en Lugones.Por tanto Lorenzo fue mi maestro en esto de juntar lineas: "Que pague Velino que viene de "El Dorado" solía decir cuando yo recalaba los fines de semana en la redacción desde la Delegación de Occcidente.

Esos años en los que el escribía sobre mi.

La Policía le vigilaba "indiscretamente" y tenia en su azote al que fuera jefe de la Social, el inefable Claudio Ramos, quien obedecía ordenes de otro personaje no menos recordado, aquel que fuera Gobernador Civil, Mateu de Ros. Lorenzo eludió la censura con fintas literarias,con escritos que solo eran interpretados por los destinatarios y así sorteaba el control, rodeado de "investigadores" de sus columnas en los medios.

Aprendí de el, antes de cuando nuestro lugar de recalada mañanera, universitaria, fueran los colmados y figones:La Perla, El Manantial, Casa Manolo y Casa Lito, en esos lugares,esas escuelas "impías", donde los más jóvenes aprendimos periodismo del maestro de la época: Luis Cepeda-hijo- Carlos Santullano, LNE, los "Marianos" y la ahora famosa pintora Enma Cano,en fin una troupé .Esos eran lugares de "culto"frecuentados por gentes de la izquierda bajo la estrecha vigilancia de la Policía Político Social.

Dos maestros del periodismo : Lorenzo y Menchu se saludan no ha mucho en su villa de Ribadesella

Lorenzo era el más vigilado del ágora.Estrechamente en aquellos años de la transición y le apartaron del "servicio" cuando Franco agonizaba entubado en aquel hospital creado para el. Lorenzo escribío esos días en su tono habitual, irónico:"Dicen que murió el raposu..." canción bien conocida pero que no sentó bien al régimen cuando aquello fenecía en la camilla del Pardo. Pesea las prohibiciones, Lorenzo siguió para contarlo en color "rojo" de su fértil memoria. Ahora ya octogenario mantiene esas vitales para darnos una lección de vida, de periodismo. Ese compromiso le viene en los genes,  como destacaron ayer los presentadores "haber tenido un padre fusilado por el franquismo". 
Lorenzo vive en mis recuerdos y presencia que son testimoniados una mañana si y otra también en ese local de culto que es La Belmontina, acaso el ultimo que queda de aquellos duros años cuando Lorenzo sentaba cátedra allí, en esos bares de donde salían artículos escritos en una mesa de mármol y en las diversas colaboraciones en radio y prensa del autor riosellano.
Francisco Erice, Lorenzo Cordero y Celsa Díaz, durante la presentación del libro.
Una digna presentación para un libro de culto: "El rojo color de la memoria"

Ayer nos dimos cita en Trascorrales, los amigos de verdad.Sierra el que fuera alcalde de Grado,Manolo Orviz cordinaddor de IU en Asturias y los concejales Gerardo Antuña, Roberto Sánchez "Rivi" y Emilio Huerta "Triqui". Ellos conocieron bien a Lorenzo en aquella época de las pre y post Constitucion,en la transición. Según el periodista no eran tiempos muy distintos a los de ahora cuando se reclama del Gobierno Rajoy otras cuestiones que de aquella también se pedían: Aborto libre, y enseñanza de categoría y claro,trabajo y pan para la "hambruna" de aquellos años del post estraperlo que hizo "nuevos ricos" a otros españoles. Allí nacía la cultura del ladrillo por la que ahora penamos...todos.
El presentador Francisco Erize asi lo recordó, de tiempos en los que los escritores eran periodistas y viceversa y puso de ejemplo al francés Emile Zola y el nobel colombiano Gabriel García Márquez"Gabo" cuyo cuerpo despedíamos ayer más no su alma, que perdurará en su libros.
"El rojo color de la memoria" nos devuelve a otros tiempos que fueron ayer y siguen,un mantra que perdura cuando se ponen en entredicho las libertades del pueblo.
No faltaron ayer políticos y cargos en este acto."Justo los necesarios" dijo el autor quien siguiendo su costumbre, fue parco en palabras y "largo en letras".
Tenemos contraídas malas costumbres este pueblo de arrieros, mineros y siempre sometidos al poder central. De eso escribía Lorenzo en aquellos años, una "manía" que perdura porque el escritor es "como el viejo rockero, nunca muere" recordó la ilustradora Celsa Díaz. Libro de culto por tanto que fueron adquiriendo uno a uno los asistentes.


Ella nacía ya con el periodismo en las venas,frente a la redacción donde Lorenzo escribía.

A mi lado, o yo al suyo, el que fuera compañero del autor en aquellas redacciones de la calle General Elorza, donde justo enfrente nacía la ahora Princesa de España Letizia Ortiz. Esos tempos de silencio que atisbábamos cada mañana cuando acudíamos a los "billetes" de Lorenzo, escritos con seudónimo pero conocidos. "Horacio" era uno de sus nombres de guerra.
Un día escribió de mi de lo que me siento orgulloso, de cuando regresaba desde la Europa del exilio cultural para cantar -cuando podía- en la Universidad y otros locales sociales:"Avelino es un cantautor maldito,más algún día podrá ejerecer lo que le gusta. contar cosas y cantar a  los poetas y tocar la guitarra". Sus palabras fueron una premonición y ayer estuvimos a su lado testimoniando con nuestra presencia la devoción por sus trabajos.
Ahora en ese otro refugio nos aguarda la mañana para recordar aquello. El, Plácido Arango, que es el "productor" del libro,el fotógrafo de aquel tiempo José Manuel Nebot y antes Macrino Suárez quien ostentó el cargo de Ministro en el exilio de la República. Allí en esas tertulias entre vino y vino se habla de lo divino y humano y Lorenzo escucha que es un experto en eso.   
Ayer recordamos esas cosas, esos otros "tempos" junto con su mujer y una de sus hijas,de cuando un día le organizamos un homenaje los de la Voz en el Reconquista y yo le ofrecí una canción de regalo. Eso me pidió Faustino y eso ofrecí,que más puede ofrecer un periodista cantor.Una canción.
Aquel día se reunió  en torno a su persona decenas de personas  en ese hotel lo más granado de la época. Cuando interpreté una cancion sobre textos de uno de sus poetas preferidos, Blas de Otero, me atreví a sugerirle a Gerardo Iglesias que me acompañara y así entonó para todos" Santa Barbara Bendita" aprisionado por aquel corsé que debía portar tras un accidente en la mina.
                                          La tertulia de La Belmontina, el ágora del saber

Pero mejor que hablar de Lorenzo Cordero, mejor es acudir a esta mirada "en rojo" de una vida dedicada a contar cosas, a reportajes comprometidos y comentarios con los que nutrió una vida plena de emociones fuertes. Su compromiso le llevó al ostracismo cuando fue condenado a no "firmar" en el medio por espacio de seis años.
Su lucha ha merecido la pena y ya son otros lugares de Asturias los que quiren presentar este libro" de culto" en sus concejos. Primero será en su Ribadesella natal y puede que después Navia donde reside una de su hijas. Si alguien quiere bucear en la historia política de antes y después de la Constitución, la transición política en España, deberá acudir a este libro que resume una vida cargada de sobresaltos y emociones, por anteponer la palabra,los hechos, a lo que se les obligaba.
Desde Cervantes hasta nuestros días, a los poderosos les duele que les digan las verdades del barquero. Pese a ello estaban ahí esos autores"malditos" para decirnos día a día, verso a verso, que las cosas no son como las pintan los poderosos. Y de se barro surgen escritores y periodistas como Lorenzo, memoria viva de un tiempo y de una historia hurtada al pueblo.














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