lunes, 23 de diciembre de 2013

"Pescando en aguas revueltas"




la aventura de la red 

De esto saben mucho los pescadores que se iban-previstos de mallas de gran grosor-  a Gran Sol en busca de especies ausentes de nuestro litoral.
 La red de redes es el nuevo "coladero" donde recalan muchas de esta especies “semi  pelágicas” en esos blogs personales tan necesitados de agenda, al menos como la de el bloguero, José Luis Ávila, quien también recaló aqui, cuando el retiro le alcanzó, más provisto de aparejos. Por puro vicio.
Ahora que el papel diario fenece porque resulta caro y poco atractivo. Por puro vicio. !Viva la red de redes!  Máxima ya anunciada por el master Mac Luhan.
Y aquí se han ido después de que barcos a la deriva- La Voz de Asturias por ejemplo- se hayan quedado atrapados, hasta sin mancheta que adquirió ¿de regalo? Un vendedor de lavadoras.
Pero el peligro está en el mar donde esperan encontrar peces, acaso sin mojarse el culo. A esos players, los ponen en circulación los mercaderes del gremio político, más que nada para ver si así convencen a un electorado que precisamente no compra en esas pescaderías. 
Cuando- es sabido- que prensa de papel, se lee mayormente en los centros para ancianos y los despachos de ociosos.
Para clientes asiduos que se creen todo lo que leen, aunque sea suyo. Cobra sentido por tanto aquello de “lo que publicas hoy sirve para envolver el pescado de mañana” Ahora traducido por el “no todo vale” en estos embarcaderos.
 
Fue como cuando se reconvirtieron los antiguos barcos de madera que construían los  antiguos “carpinteros de ribera” en los puertos de Asturias y de otros lugares costeros por los hierro de ENSIDESA.
Aquellos, previamente hundidos, sirvieron para albergar arrecifes artificiales donde anidan los besugos, chopas virreyes. Sus sucesores, los de hierro, para dar trabajo a un sector siempre en crisis; los astilleros y vendérselos después al os árabes principales compradores. Demasiada oferta para tan poca demanda.
Aquel periódico al que nos referimos iba a la deriva sin remedio, ni rumbo fijo.
Y se hicieron cargo en plena quiebra, cuando había grandes “mareas” unos jóvenes con ilusión pero ¡ay! sin agenda. Eran por tanto, carne de jefatura de prensa y se tuvieron que ir directamente al paro por falta de ayudas. 
 Una de las primeras portadas de La Voz, junto a la última
Reinaba en la Asturias el “gran Tini” cuando el periódico de referencia puso al frente de las linotipias a un tal Cuesta, aunque en la sombra quien mediaba el mensaje era  Julio Cesar Iglesias, el que “odenaba” los titulares y editoriales, no vaya ser que Tini.
Areces se vino abajo-era de esperar  y los suyos al Juzgado de la “marea”. Acomodó su oronda figura en el Senado y estos hijos de la nada: al paro.
Ahora estos “plumillas” andan atrapados en esa inexorable red, por la que mucho nos tememos que seguirán ahí.
En ese arte heredado de aquellos pescadores de Gran Sol, que primero fueron balleneros y terminaron en la costa, al calamar los chipirones y los percebes, al pescado de roca en general. Más... de algo hay que comer.
De eso preguntaba aquella Frau Smengler que me encontré un día, al cabo de la calle. Por esos muchachos “abandonados” a su suerte en un anden lleno de colegas procedentes del chomage que dicen los gavachos.
Más los políticos, una especie sin extinguir aún, buscan quien les proyecte, para seguir viviendo: del cuento. Del pescado numeroso que anda por el océano libre perpetuando las especies.
Conserveros siempre sujetos al precio del pecio, el que marca el mercado y los patrones de las letras y la salazón.
No oyeron las voces de esas sirenas que magistralmente describe en sus versos, un buen pescador y periodista: Chano García, que puede que le faltara de “pluma” lo que le sobraba de ideas como todos los genios. El puso en marca la aventura más grande jamás ideada-contada- después  del Moby Dick: La Fundación Príncipe de Asturias.
Aquellos chavales sobrados de “academia”- Rebus dixit-, pero cargados de ilusión que recalaron en nuestras costas en busca de especies vedadas y se encontraron con los caladeros extinguidos por los “pelágicos” locales y los abigeos de mar nipones, expertos los de aquí en el  arte de las “volantas” para capturar merluzas en ese mar proceloso donde a veces “pican” esas especies ahora tan asequibles en le mercado local.
Los orientales “arramplan” todo lo que encuentran a su paso, empleando la moderna tecnología para ello. Pescan mientras ven en la  otra “tele” las capturas deseadas. Se llaman “artes pelágicas”  y… no queda un ser vivo bajo sus quillas, diezman  y asolan nuestros mares. Como en el periodismo moderno.
Este pueblo asturianos  de pescadores, míticos lobos de mar, que en otros tiempos se iba al Gran Sol para capturar cetáceos de gran tamaño y despiezarlos en sus puertos de “mareantes” para subastarlos en las antiguas rulas/ lonjas. Una mesa de transación que aún puede contemplarse en el altozano de Luarca.
“Mesa de Mareantes” la llamaron. 
 
En ese sitio estampó con su firma su afiliación a FORO, el fundador de este partido: Francisco Álvarez Cascos, -marnuetu- vaqueiro de costa, de pura cepa.
Uno de sus máximos colaboradores el conspicuo Juan Vega, comunicólogo y bloguero muy famoso, puso en marcha hace ya un decenio “El Comentario TV” la Escandalera” y al parecer tan buenos resultados encontró que otros pretenden emularle ahora. El  echó bien la red donde había gaviotas y todas se engancharon en sus mallas. Acaso por ese motivo,  el patrón de patrones de pesca, le fichó para su escuadra de “cañeros”
A eso lo denomina Cascos: “Pescar sin muerte” el los prefiere vivos y coleando, para nutrir sus piscifactorías repartidas por una región de “pescadores de perlas”.
Y ahora estos cuatro guajes, excedentes de la extinta Voz de Fausto, salen de faena por la pequeña costa del facebú, el twiter….la mar de la red de redes.
Más una de las capturas se ha enganchado en la malla que  recogen en cubierta. Ya no quedan calamares gigantes en los caladeros de Carrandi, para mostrar los a los jóvenes colegiales en un museo, un lugar  donde ahora van “irremediablemente” los viejos periódicos, enganchados por la red.
 
Es de agradecer que estos periodistas sigan ansiosos por comunicar. Pero a veces son aprovechados para ejercer de “amanuenses” cuando su deontológica profesional debería ser otra.
La mayoría de quienes obraron el milagro de los peces multiplicados, yacen ahora en los estómagos ¿agradecidos? del sector. Contumaces siguen creyendo en ser algún día los “Ciudadano Kane”, cuando solo les asiste el salario social. 
Terrible drama como el de aquellos balleneros que iban a pescar en aguas revueltas y perdían un brazo, una pierna o un ojo y terminan de corsarios, para actuar de extras de un film de éxito.

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