jueves, 26 de diciembre de 2013

Maria quiere conocer...Paris




"Marya quiere conocer... Paris"


A principios de los setenta yo vivía en Paris. Marya una buena amiga reencontrada hoy, quiere conocer la ciudad luz. Esas calles  sombrías donde suena insistentemente el acordeón y que huele, siempre de amanecida, a mantequilla de cerdo y a croissant recién hecho.
Ese huevo duro rodando por los mostradores de cinc, el desayuno del chomage- paro- Marya quiere contemplar la luna  de Paris, recortada sobre los tejados de Montparnasse Tour, donde en aquel bistró, Hemingüey tomaba sus daiquiris hasta el amanecer.
 
Unas manzanas más arriba residía Julio Cortazar cuando pergeñaba “Rayuela” acaso su obra maestra. Eso y los cementerios de Montparnasse de Saint Germain de Pre, donde desde sus sótanos de ladrillo visto, salían  la misteriosa voz de la Juliette Greco  y Edith Piaff. Eso y todo eso; quiere conocer Mary.
 
Y acaso me he comprometido a enseñárselo, sin nada a cambio.
Allí conocí  en esos oscuros locales del Barrio Latino a los  Cedrón, una familia de  músicos de Buenos Aires convertida en Cuarteto de cuerda, que inundaba de música los antros y Universidades de Nanterre, con los versos encendidos de Raúl González Tuñón, poeta asturiano, precursor del tango.
“…eche veinte centavos a la ranura si quiere ver la vida color de rosa”
Hace tiempo que no oigo sonar aquellos acordeones para enamorados del ático bajo lo tejados de los áticos de bohemios. Campos Elisios abajo, las violas endemoniadas, el bandoneón de los “Credrones” encabritado, donde  se comparten a  orillas del Sena, esos amores secretos, con refugiados de ETA.
Ah los vascos Marya, situados  a ambas orillas del sena en el Baton Rouge, esas dos orillas que oyeron mis tangos mezclados con sones propios del  Sena que siempre mira al  Loira.
Un día de estos voy a desayunar contigo en la cantina del mercado dominguero de “Las Pulgas”, bajo el nivel metro. ¡Ah! el Metropolitan Marya, donde Berttoluci realizo “Le dernier tango a Paris” aquello de la “mantequilla” que los españoles iban a ver a Perpignan. Después, cuando caiga a la tarde, subirnos a las Torres de Eiffel, la de Montparnasse. El todo Paris calidoscópico que nos espera. Aquel que yo canté canciones para Julio Cortazar. Y los Cedrón
 
El patriarca de la dinastía del bajo Boedo porteño, era-es- el “tata” Cedrón, un canijo panzudo que se bebía,  si llegaba el caso; la producción de Paternina banda azul recostado en el “bullin”. Casi me lo confirma Luis Sepúlveda que nos conoció en aquella aventura del post 68. El desde esta anda, por Lisboa o Santiago anda ¿vaya usted a saber?.
“¿siguen cocinando el asao, a base de entraña y vacío? algo del despiece de la res que aquí en España no se consume “¿y los chinchulines?” Todo ha muerto en Paris., Luis. Pero Marya lo quiere conocer en su decrepito actual.
“¿Me lo enseñaras Velino? Y yo; para una dama; nunca tengo un no.
Y de allí iremos de la mano del Bario Latino que tanto le gustaba al “master” Borges mismo, donde yo me situada en la escalinata” el funicular” del Saint Crecer a pedir  con la guitarra en el metro, o a pasear por el puente de Alejandro III, donde un día nos entrevistara la Tf1- TVE Francia 1-  al “monstruo” Cortazar y a este cristiano para las noticias de la tarde.
Yo aún era un muchacho pero nada, revestido de barba castrista y toda la melena. Un “guayavo” que había traspasado la frontera en Auto Stop acompañado de dos chavalas de La Felguera, maestras ambas que tenían ganas de conocer Paris.
Una de ellas terminó trabajando en la embajada de Japón y la otra: buscándose la vida.
Me pregunto si ¿querrá conocer Marya ese Paris misterioso que describo t y que ya no existe, o este otro de las boutiques del los Campos Elisios donde dominan los terroristas de lux, árabes parapetados bajo los soportales, donde tienen fijado su objetivo?
¿Qué le enseño a Marya que tiene una imagen te tele y que hizo a mayores, unos sueños de novicia de los setenta? 

Ella me oyó cantar en aquel Club Cultural  de Oviedo tapadera donde su padre era: el camarero, de tapadera: claro. Donde anidaban los Tini Areces, Pepe Troteaga y los veteranos como Venancio que se habrá ido, cuando yo volvía de “las cruzadas de la libertad", a remover las conciencias de la ciudad clariniana que es hoy mismo. Donde un día habló Juanín Zapico el preso asturiano del Proceso 1001de CCOO, haciendo tintinear el monedero de puro nervio ¿eso quiere revivir Marya?  Pues se lo mostraré.
Aquellos Cedrones que circulaban por la ciudad post revolucionaria con Paco Ibáñez quien-acaba de cumplir 80 años- y parece que fue ayer, cuando yo cantaba en Trocadero para la Fiesta de la L’Humanite- edición comunista- y ellos tomaban rumbo al norte, a Bruselles para hacer lo propio en la Universidad Católica de Lovaina y en la capital en la Universidad Libre de Políticas y Económicas.
 
¿ Eso querrá ver Marya” pues se lo enseñaré despacio, que en Paris las prisas se pagan caro.
Voy a ahora de mi corazón a mis asuntos.
Hoy; como si no quiere la cosa, una señora que había pedido mi amistad, me dice en facebú que me descuelga, porque uno de mis comentarios no le gusta. Ella, en su foto de aquellos años del Charleston con los micrófonos de la Cuenca de la radio de Franco por testigos.
Yo solo le dije- y lo mantengo- que esta Asturias “cainita” y -creía que me refería a ella. La confundí con aquella cantante heterónimia,  María Rosa Lobo y Patallo  y ¿que se yo? Un error de apreciación.
La Lobo por cierto esta “bajo la protección” de un locutor de Gijón, enamorado  perdido de aquellos, menos gloriosos sesenta.
Ella-La Lobo- cantaba con voz dulce las canciones del aguardentoso a Atahualpa Yupanqui. Fausto me envió a Nimes para asistir a su sepelio y me marqué un buen reportaje sobre el óbito, por la hemeroteca de la Voz anda.
 
Pero Marya: quiere conocer Paris y esta Veliniana se compromete a desayunar con ella ese huevo duro con croassant que describiera  magistralmente el poeta Jacques Prevert y  acudir  con ella al Moullin Ruge, donde un día en esa escalinata que da acceso al lugar de Toulouse Lotrec- por derecho- extravié mis gafas de sol.
Marya quiere conocer Paris y se lo debo.

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