miércoles, 25 de diciembre de 2013

LA OTRA ASTURIAS ESQUEICIDA- OLVIDADA-



        AQUELLAS OBRAS QUE UNIERON PUEBLOS Y ESPERANZAS

Las autopistas y carreteras interiores, trajeron cercanía a quienes no hace tanto contar con un hospital al alcance, unos servicios dignos era más que una aventura. Horas de lucha por sobrevivir de un accidente o un parto.
En Occidente se decía “los hijos de la Espina” porque en ese enclave montañoso entre el Occidente y Oviedo nacieron muchos niños desde principios de los 60 o aún antes.
Acabar en manos de la ruta o en las del medico gallego Varela quien trajo al mundo en su clínica de Navia a muchos niños que hoy superan el medio siglo. Con la puesta en marcha del hospital de Jarrio fueron muchos los pacientes que por fin pudieron respirar tranquilos.
Y... !al fin! se dió paso a la gran obra del Puente de los Santos, emprendida po los Gobiernos socialistas. Más sería Lepoldo Calvo Sotelo ilustre vecino de Ribadeo, quien cortara la cinta en la inauguración  de este puente entre Asturias y Galicia, acompañado del Ministro de Obras Públicas,  Saenz de Cosculluella. Entonando  fragmentos de la Violetera lo inuguró.
Luis Martienez Noval que era Ministro de Trabajo, acompañó a los ilustres que alli se dieron cita. Para la ocasión, LNE publicó un "billete" donde Martinez Noval, salió fotopgrafiado con una camara de TeleOccidente que apenas habia nacido"Luis Martinez Noval le hace un guiño al personal" tituló en su "corto y por derecho"el siempre Arturo Roman. Este fue un hito de las comunicaciones y asi quedó refejado. 
 
Yo recalé en aquella zona a principios de los 80 del siglo pasado. Era un conductor novel por lo que puede decirse que hice mis primeras prácticas en aquella carretera plagada de curvas, que pasaba por Cudillero- por la costa desde Avilés a Ribadeo o por la famosa Espina.
Cuando se inauguro uno de los tramos de carreteras-que no autovía- entre viaductos, era Ministro de Obras Publicas el catalán Josep Borrel le hizo exclamar: “¿Cómo se podía transitar por este camino de cabras?” Dijo asomándose al viaducto que pasó a llamarse de La Regenta. Aquella infraestructura  cuyo arco es de 103 es aprovechada ahora para la nueva Autovía ya completado el corredor de Occidente por la costa. Paso a paso, Occidente salía de ese ostracismo secular y se incorpora ya al presente con futuro un prometedor  
Hoy que toda esta zona está enlazada con Francia y Portugal-¡ay! el tramo inacabado de la frontera cántabra- que según afirmó la Ministra de Fomento, Ana Mato, “estará acabado e inaugurado por tanto para el próximo año”.
Aquellos “niños de la Espina” serán solo un recuerdo para los habitantes de las zonas más deprimidas de la región, los Oscos y Taramundi,  Cangas y Tineo, quienes también esperan la conclusión de la  autopista del Occidente interior que discurrirá por esas zonas de montaña, camino de la meseta.
En esos lugares fue donde me inicié en el periodismo.
Si un hito fue convertir la subida a estas estribaciones por medio del paso de la Garganta, no menos fue poner en circulación el penúltimo tramo de autopista de la vial, la A-8 que circula entre Otur y Villapedre. Puede que pierda algo de su encanto la comarca pero  gana en prestaciones.
Yo mismo fui victima de aquellos atrasos cuando sufrí un accidente en una zona llamada “la Colorada” un lugar de la Villa de Navia.
 
Era el mediodía de un San Agustín del 84 del pasado siglo, cuando con mi pareja me dirigía hacia Oviedo en un Seat 124, de aquellas tartanas que  para los jóvenes suponía el primer acceso a un auto de prestaciones limitadas,  pero muy popular. Salía de una confluencia de carreteras, cuando nos encontramos de frente con otro turismo que procedente de Puerto de Vega trasportaba a diario la prensa a la comarca.
El golpe fue espectacular. Nuestro coche chocó frontalmente contra el que circulaba en otro sentido. El resultado de la colisión a primera vista parecía grave. El ocupante del otro vehículo se quejaba de dolores internos pero no se apreciaban traumatismos más allá de -curiosamente- el dedo meñique. Yo acusaba unos dolores tremendos en el abdomen y mi compañera la que parecía más grave, tenía una brecha profunda en la frente.
No existía aun el hospital de Jarrio y tuvimos que hacer unas primeras  curas de urgencia en el botiquín de CEASA la empresa de celulosas de Navia. Pero el asunto requería trasladarse a la capital para allí diagnosticar los daños.
Y fue cuando conocí los rigores de recorrer cien kilómetros en tres horas, atravesando el puerto de la Espina. Una vez en la ambulancia hube de atender el gotero que le habían colocado al conductor del otro vehiculo accidentado.
¡oh!  Era la primera vez que veía claramente su rostro que primero permanecía oculto por vendajes.
Era Japo, un amigo de años atrás que había una seria promesa del fútbol, cuado militaba en el Real Oviedo de futbol. ¡ Que casualidad! No estaba para conversar así que después de muchos esfuerzos llegamos a la capital al Hospital Central.
 
Por eso la inauguración de aquel centro del Occidente, supuso  una alegría inmensa para todos.
¡Al fin! se acababa con el ancestral aislamiento de atención de siglos.
Poco después pude asistir ya como periodista a la inauguración del tramo que partiendo de Vegadeo comunica con Los Oscos, lo que durante años se conoció por “las Hurdes asturianas”.
Pedro de Silva a la sazón presidente del gobierno de Asturias, estaba ilusionado con la puesta en marca de este tramo. El apostaba por el Turismo Rural y la apertura de este tramo era de vital importancia para el desarrollo de esa zona.
En el puso todo su empeño y el de su gobierno. Aquel día supe que, al igual que yo- De Silva, era fumador: "¿un pitín Velino?” Venga Presidente, la jornada  era más que in motivo para fumarse un cigarro o tomarse un Ribeiro. 
 
Esa era la bebida que se bebía allí, pues debieron pasar algunos  años para que Occidente entrase en la cultura de la sidra. Y hasta pusieron en marcha un lagar de sidra, el de Solleiro en Taramundi, donde ya existía un hotel Rural de gran proyección: La Rectoral.
El Occidente le iba ganando así terreno, dejando atrás su aislamiento gracias a unas obras de infraestructura impensables años atrás. Se ponían en marcha, rumbo al futuro.
Dos años atrás, el mismo presidente aprobaba una obra de envergadura para facilitar la comunicación entre la Pola de Somiedo y otros pueblos del concejo. Así se abordó el tramo entre La Malva- Saliencia . Antes para llegar de la Pola a este lugar se hacia por medio de caballerizas o atravesando el Puerto de Somiedo hasta Torrestío, y de allí, a este bello pueblo de lagos entre montañas.
El oso agrimensor seguía  de cerca estas evoluciones desde sus guaridas de hibernación por aquellos montes lejanos a los que solo accedían los expertos en esas especies.
Pedro de Silva era, aún  lo es, un enamorado de la naturaleza en sus distintas formas. Así solía pasear-correr campo a través – cuando sus ocupaciones se lo permitían por el Coto de Buenamadre de Somiedo y subir andando hasta los lagos de Somiedo a través del pueblo de Valle del Lago.
La ilusión, no exenta de utopía, de aquellos jóvenes gobernantes hizo posible unir estos concejos con el centro y viceversa, dotándoles de mejoras en otros servicios.
Hoy que han pasado los años- 35 en total- bueno es recordar esas gentes peleonas para abrir caminos entre la Asturias más alejada y el centro. Aquellos niños del tardo franquismo lo recordarán mientras vivan. Será su último viaje hacia la vida que también lo era hacia la muerte.
Esos corredores que circulan paralelos a los grandes ríos salmoneros, son testigos de estos avances, en los que pusieron la carne en el asador jóvenes políticos que creyeron en nuestra tierra.Miembros del grupo de Cudillero junto a su belén de cumbres.
Ahora que todo son problemas para aprobar nuestros presupuestos, conviene recordar aquellos años donde nuestros líderes pelaban en Madrid para conseguir mejoras para su tierra. Ahí están sus obras, por las que serán  juzgados ante la historia. Yo solo deseaba reflejar los logros de un tiempo y una historia, cosas que el viento se llevó y a veces no recordamos.

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