viernes, 10 de enero de 2014

CLEPTOMANIA EN ESTADO PURO


" LADRONES PSICOPATAS"

"UN ORGASMO DE PLACER"






Pasa como a los dipsómanos, quienes una vez huelen el alcohol, no separan la botella de su lado.  Igual beben a morro. Más al igual que los cleptómanos beben por placer, de puro vicio y estos parecido: roban libros por el placer de leerlos después, y apreciar que han sido sustraídos de un anaquel de una biblioteca, aunque –y no se porqué- prefieren sustraerlos de los grandes almacenes. Por puro placer, acaso.
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ladrones en la paz y la guerra,el "orgasmo" que produce
 
La pelicula origen del debate que ahora les expongo parte de un relato del escritor Markus Zusak y cuanta la historia de un joven de 9 años de edad de origen aleman cuando roba su primer libro;"EL Manuel sepulturero" iniando asi su pirmer "orgasmo" y el amor, la pasión por la lectura,cuando la II Guerra Mundial se centraba en la Alemania nazi.
Pero voy a relatar el caso de una persona muy próxima, una de mis mujeres “¿Cuál alumno? Me dice desde ese otro lado de la vida quien los escribía: ya saben mi master preferido, Jorge Luis Borges. Una de estas féminas tenía esta ¿fea? costumbre que no vean no es tan fea, porque consumía lo que retiraba y otros lo hacen para revenderlos o dicho de otra forma,lo hacía por placer orgásmico que genera.
Aquella  mujer una profesional, disponía de dinero más que suficiente para endosar el género en su tarjeta de crédito o pagarlo al contado.
Más aun solía hacer compras de mucho más valor, pero el-los- libros los escondía en un bolso de mano o en la gabardina su abrigo.”Usted no sabía de ese placer muchacho. Yo consumía los libros hasta quedarme ciego y alguna vez me lleve alguno bajo la gabardina, como un ladrón de poca monta”
¿Usted master? “si luego cuando quedé ciego y no podía leer, dejé esta perniciosa manía, más ¡tan hermosa!  Hasta lírica diría, ¿no le parece a usted querido alumno? y dictaba mis discursos de memoria". 
 
 El "master" que de esto sabía mucho ,me pide que afine

Bueno es que visto así. Más déjeme seguir con el relato, ya sabe lo del racord de la historia. “Pues afine bien y ya sabe la cuarta suena más profunda que la prima, pero ambas son necesarias”.
¿Se refiere el maestro a las cuerdas de mi guitarra?  “A su encordada me refiero, si”.
Hoy me siento en la forma de la semiótica, con ese placer de leer por enésima vez: “El nombre de la Rosa” del genio Umberto Eco. Así semejamos el master y yo. El siempre en profesor, a caballo, y yo: un pardillo que le sigue a todas partes en un rucio-saino- y viejo como el de “Sancho panza”. Más ¿ustedes que creen, voy aprendiendo, o no?
 
Dos buenos ejemplos Eco y Hitchccok: dos master en uno.
 
Al principio le llamaba la atención  a la ladrona a lo "Marnie" aquella pelirroja de Hitchccok, pero más tarde me aficioné como buen enamorado a la cosa, y no crean le cogí gustillo.
Hasta que un mal día nos sorprendieron. El empleado que lo hizo y, dado nuestro perfil de clientes serios, no se animaba mucho a cachearnos, el había presenciado la operación, más ¿como enfrentarse a estos clientes preferentes a los que veía cargar el carrito todos los fines de semana?
Pero deontología profesional obliga e ideó una formula para sin llamarnos directamente la atención, supiéramos que estaban al tanto y que seguramente, no era la primera vez que esto sucedía ellos. Intuía a su vez que sustraíamos un libro que no sobrepasaba los intereses del cobro total.
Por lo que se hizo con dos libros de la estantería más próxima y arrojo uno de ellos al suelo: “¿por un casual no se les habrá caído este ejemplar del carrito?”. Eso llamó nuestra atención y dándole las gracias desocupamos los bolsos personales y pagamos por aquella vez el resto de los ejemplares y el total de lo adquirido.
Pero el vicio continuaba y la adrenalina que genera hace al cleptómano más arriesgado. Lo importante era robar para que ese orgasmo se produjera y, créanme, es parecido a la sensación sexual.
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el "kamasutra" nos enseña nuevas formas de amor y literatura.
 
Comenzó por los libros y ese mimetismo que genera en la pareja sustraer algo. Lo que sea, el caso es que se produzca esa sensación de robar -digámoslo claro- por robar.
Algunos recordarán, al menos ami me pasa, que  de niños las manzanas del huerto del vecino tenían mejor  sabor que las propias y puedo jurarles que eran de la misma especie, hasta los árboles eran gemelos.
Pero aquellas manzanas sabían mejor. Hasta ideamos una técnica que consistía en arrojar una piedra dentro del huerto para saber si cuidando la finca había un perro. Y de esta manera, robábamos a placer aquellas “exquisitas” manzanas de igual sabor- supongo- que las de casa.
Algo así siente el cleptómano, más a gran escala. Y puede que no le agrade en demasía que se lo regalen, eso perdería encanto y el efecto contrario al que persigue: El placer.
Otros roban para comer o beber, pero los verdaderos cleptómanos, roban por el placer de robar, ese orgasmo menor que a todos nos atrajo una vez.
Estrenan estos días en los cines comerciales, una película sobre el género que dicen esta muy bien tratada se titula: “Los ladrones de libros” que eso son caso aparte, pues especializan  el hurto eligiendo lo más in de las ventas.
Estos son cacos especiales, de culto podríamos decir, que no buscan incunables, sino lo que esté de moda, pues lo hacen por el placer de leer lo último que llega y sustrayéndolo se ahorran para el desayuno y el tabaco, a base de café, croassant y lo que pinte. Pero igualmente roban. Cumpliendo aquella máxima que el ladrón-como es el caso- empieza por una aguja.
Hay otros tipos de ladrones pero a esos no los cogen ni aunque lo hagan a ojos vista. Son los de guante blanco. Cuando ponen a uno entre rejas ya aparecen en sociedad media docena más. Y es una rueda constante. 
 
Este sustrae y encima se mofa de nosotros
 
Es otra forma de robar pero igual de sucia que la anterior. Estos hurtan por el placer de amasar dinero-fortuna- y a veces sacarlo del país, para eludir la acción de la Justicia a otro territorio de los que llaman “paraísos fiscales”  lo hacen para aumentar su cuenta corriente.
Los casos son de sobra conocidos, nada más que hay que ver las noticias en los telediarios. Estos juegan con nuestra propia sangre, pues roban al Estado en su conjunto. Y
 lo mismo, aparece un ladrón de gallinas que una princesa motivada. Pero cuan difícil resulta meter en prisión a uno de estos prebostes y al de gallinas le meten acaso sin juicio previo, lo que llaman preventivos.
Así no más que diría el mejicano es esta suerte. Quien roba por el placer que produce el orgasmo y quien por necesidad y quien para satisfacer sus necesidades básicas. Pero ladrones todos por igual.
Los de libros parecen especiales, ya que lo hacen para enriquecer su patrimonio cultural-los que leen claro-
 La ladrona de libros
Ahora se estrena ese remake a lo grande.
 
Este- dicen- es el país del timo en sus distintas variedades, el trile, la estampita, el tocomocho…
Pero no lo duden: los ladrones “no van a la oficina” desde el Escabeche hasta el ex presidente Matas que lleva aparejados juicios, tantos como ese canalla con rostro de mafioso, que en su megalomanía” robo” para construir un aeropuerto sin aviones.
Y yo que hecho de menos aquel hurto domestico, de fin de semana.
¿Será de puro vicio?  Tal vez. Más he dejado la manía de la trilería y el saqueo dominguero, ahora no sustraigo ni el aire que respiro, para que, si luego lo haya de expeler. 

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